En 1951 la Superintendencia de
Sociedades Anónimas no aceptó como parte del capital de la Sociedad Deportivo
Cali S.A., los
dineros que el equipo había pagado a su plantilla durante dos años, por lo que
esta Superintendencia señalo desfavorablemente a la sociedad y su situación
económica. Las directivas planearon entonces liquidar la sociedad y organizar
una nueva bajo la égida de Carlos
Sarmiento Lora, quien se haría cargo de las deudas del equipo como su único
gestor. Esto crearía pleitos con los socios, sobre todo con Fanny Urdinola, quien
llegó a tener tales diferencias con Sarmiento Lora, que este decidió retirarse
de la entidad.
El retiro del empresario terminó por
asentar la crisis por la cual pasaba la institución, provocando una inminente
disolución de esta. Luego de la renuncia de Guillermo Otoya y Álvaro Martínez,
liquidadores nombrados por la Asamblea General de Accionistas, la
Superintendencia nombró a Julio Riascos Álvares, quien sería alcalde de Cali entre
septiembre de 1982 y enero de 1984, como liquidador.
Para salvar la institución, se formó la
Junta Provisional de defensa del Deportivo Cali, la cual por medio de
publicaciones en la prensa convocó el 31 de enero a las 6:00 pm, una reunión
en el Club de Tenis de Cali, a todo aquel interesado en salvar al equipo En la
reunión, a la cual habían asistido el liquidador, los directivos y otros
interesados, se decidió invitar al todavía presidente de la institución, Carlos
Sarmiento Lora, y una vez este estuvo en el lugar, el representante de la
familia Urdinol leyó públicamente una carta dirigida a Sarmiento Lora, en el cual
le pedía no renunciar a las riendas de la institución. Luego de la lectura de
la carta, a la cual se habían adherido Juan Manfredi y Germán Vélez, Sarmiento
Lora agradeció y aseveró continuar dirigiendo al club.
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